¡Un llamado a las mujeres de hoy a recuperar lo que la revolución feminista les ha arrebatado!
Se suponía que la revolución feminista traería a las mujeres una mayor realización y libertad. Sin embargo, las mujeres de hoy se sienten menos realizadas y libres porque han perdido la distinción y riqueza de su llamado como mujeres. Se están dando cuenta de que lo que debía ennoblecerles ha destruido todo lo que atesoran, incluso sus propias familias.
El llamado a volver a la feminidad piadosa está resonando en el corazón de mujeres en todas partes del mundo a través de las poderosas voces de mentoras como Nancy DeMoss Wolgemuth, Mary A. Kassian, Carolyn Mahaney, Susan Hunt y Barbara Hughes, entre otras.
Aunque cada autora aborda el tema de la feminidad piadosa de manera diferente, un hilo conductor lo atraviesa todo, infundiendo alegría y deleite por la grandeza del orden creado por Dios y el papel que Él quiere que las mujeres desempeñen en su grandioso plan redentor.
Incluye una guía de estudio.
Las autoras ofrecen aclaraciones y consejos prácticos para las mujeres piadosas de este siglo:
La feminidad bíblica es algo maravilloso, no es “¡mucho ruido y pocas nueces!”. En la impresionante generosidad del Señor, hemos sido creadas con el inigualable cometido de sentirnos plenas a fin de glorificar su nombre. Si cultivamos y expresamos nuestra feminidad con esto en mente, nuestro Hacedor nos alabará por la sabia administración de este precioso don.—Carolyn Mahaney
Nuestro Padre celestial nos busca cuando nos perdemos. Él no descansa. No se rinde cuando todos los demás pierden las esperanzas. Nos sostiene cerca de su corazón hasta que nuestro corazón bombea sangre y nuestras extremidades comienzan a moverse de nuevo. —Mary Kassian
Las consecuencias de no ser mujeres sabias son mortales. Cuando somos tentadas por el placer inmediato de hablar sin inhibiciones, dejar que nuestras emociones y nuestra lengua se desenfrenen o actuar con imprudencia y descontrol, necesitamos considerar las consecuencias a largo plazo de nuestras decisiones.—Nancy DeMoss Wolgemuth
La sumisión a nuestro esposo comienza y termina con la confianza en Dios. Por lo tanto, la palabra que tantas dificultades les trae a las mujeres de hoy, “sumisión”, sigue siendo la Palabra de Dios para nosotras: “Así mismo, esposas, sométanse a sus esposos…”
Y mucho más.